El Parque Natural de Arribes del Duero no solo sorprende por sus cañones vertiginosos y miradores de ensueño. También es un auténtico santuario de biodiversidad, donde la fauna salvaje se despliega en libertad entre cortados rocosos, encinares, riberas y pastizales. Caminar por sus senderos no solo es un placer para los sentidos, también es una oportunidad única para encontrarse —en silencio y con respeto— con algunas de las especies más emblemáticas de la península ibérica.
Buitre leonado y buitre negro: los reyes del cielo
Las paredes verticales de los cañones del Duero son hogar de una de las mayores colonias de buitre leonado de Europa. Con una envergadura de hasta 2,5 metros, es frecuente verlos planear en círculos sobre nuestras cabezas, aprovechando las corrientes térmicas.
También puedes tener la suerte de observar al buitre negro, más escaso y difícil de ver, pero presente en algunos rincones del parque.
Miradores recomendados: El Fraile (Aldeadávila), Peña del Águila (Mieza), Picón de Felipe.
Cigüeña negra: el símbolo más esquivo
Una de las joyas ornitológicas de Arribes. La cigüeña negra es mucho más tímida que su prima blanca, y necesita entornos tranquilos, lejos de la presencia humana. Anida en roquedos y valles fluviales y es especie protegida. Observarla es un auténtico privilegio para el amante de la naturaleza.
Zonas propicias: alrededores del embalse de Almendra, cañones del Duero y del Huebra.
Cabra montés y corzo: habitantes de roca y matorral
Aunque más abundantes en otras sierras, la cabra montés ha ido colonizando zonas de Arribes, especialmente áreas pedregosas y abruptas. El corzo, por su parte, es más habitual y puede cruzarse en rutas de bosque o dehesa, especialmente en primavera o al amanecer.
Nutria: la guardiana sigilosa del Duero
En tramos tranquilos del río y afluentes como el Huebra o el Águeda, la nutria se desliza sigilosamente entre las piedras. Verla no es fácil, pero sus huellas, excrementos o movimientos rápidos en el agua delatan su presencia.
El mejor consejo que podemos darte es que busques al amanecer o atardecer en zonas de agua limpia y poco transitada.
Reptiles, anfibios e insectos: pequeños grandes protagonistas
Durante las rutas, es habitual cruzarse con lagartos ocelados, salamanquesas, ranas verdes, mariposas y libélulas. También habita la culebra de escalera (inofensiva), entre muchas otras especies. La riqueza herpetológica del parque es notable gracias a la diversidad de ecosistemas.
Los mejores consejos para el avistamiento responsable
- Guarda silencio y muévete despacio.
- Usa prismáticos y cámaras con zoom, sin acercarte a los animales.
- Nunca dejes residuos ni invadas zonas restringidas.
- Evita molestar a la fauna durante el período de cría (primavera).
- Consulta centros de interpretación locales para conocer rutas y horarios ideales.
Rutas recomendadas para observar fauna:
- Sendero de La Code (Mieza): fácil, con grandes vistas y posibilidad de ver aves rapaces.
- Senda del Duero GR-14 (Aldeadávila – Masueco): entre bosque de ribera y cañón.
- Cañón del Huebra desde Sobradillo: menos transitado, ideal para observar cigüeñas, garzas y corzos.
- Ruta de las pasarelas del Águeda (San Felices de los Gallegos): ideal al amanecer.
Conecta con la vida salvaje
Caminar por Arribes del Duero es también una oportunidad para reencontrarse con un mundo natural que, aunque salvaje, todavía se deja ver si caminamos con respeto y atención. No necesitas ser un experto: basta con abrir los ojos, afinar el oído y dejar que la naturaleza te sorprenda.
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